Entrevistas

“Tenemos un Derecho Penal atrasado y una Justicia machista”

El Periódico La Teta le solicitó a la abogada de Álvarez, la Dra. Josefina Arancibia, su reflexión ante la realidad de contabilizar 16 femicidios y una muerte vinculada, la del bebé Amir, en lo que va de este año. Su perspectiva al abordar los casos por violencia de género y las implicancias de lo sucedido a Paola. Agradecemos la gentileza al responder con detalle, para conocimiento de lxs lectorxs.-
En lo que va del año, estamos en presencia de 16 femicidios en nuestra provincia y un femicidio indirecto o como lo denomina el movimiento de mujeres “vinculado”, si tenemos en cuenta el caso de Alejandra Párraga y su hijo Amir(el que no esta caratulado como tal); se está produciendo un recrudecimiento de la violencia hacia las mujeres, por la elevada tasa de femicidios que tenemos en relación a la cantidad de habitantes.
Los derechos de las mujeres y niñas, no están siendo considerados de la manera que se debiera tratar este tipo de problemática, flagelo diría yo que nos debiera de preocupar a toda la sociedad y no ser sólo un “problema de mujeres”. A cada vida arrebatada de una mujer,  en manos de un femicida, la vivo con un dolor muy profundo que me amarga y me desgarra el alma. Con el de Paola, este dolor se me intensifica, porque lo vivo de cerca. 
Se convirtió en alguien, que sin conocerla aprecio y estimo mucho. Era una joven mamá de 21 años de edad; sí, tan sólo 21, con una niña de 2 años, que hasta ahora pregunta por su mamá. Muy trabajadora, quería mejorar la calidad de vida de su círculo familiar; solidaria. Para contar una anécdota, menciono que el año pasado -para esta época (día del niño)- organizó una chocolatada para todos los niños/as de su barrio. Consiguió donaciones, buscó ropa y juguetes y los restauró, compró juguetes para hacer sorteos. Este año lo pensaba hacer más grande. Ese ser tan maravilloso, era Paola. Pao.
En cuanto al caso de Paola Álvarez, desde el día que nos constituimos como querellantes, junto con la doctora Gloria Cruz; sabíamos que estábamos ante la presencia de un femicidio. Es una causa que se sigue en la Fiscalía UGAP (Unidad de Graves Atentados contra las Personas) es decir, investiga homicidios. 
En nuestras primeras intervenciones y entrevistas con el fiscal que está a cargo de la investigación, le manifestamos que se trataba de un femicidio porque hasta el día de hoy, está caratulado ( y digo bien, caratulado) como homicidio calificado. Carátula que se va a cambiar en los días venideros, cuando se produzca la ampliación de la audiencia de imputación como femicidio. Si bien la pena es la misma, creemos en el valor simbólico que le damos a la palabra.
Hay que empezar a llamar a las cosas por su nombre, sino caemos en el error garrafal de hablar de crímenes pasionales, que la mató por celos; es decir, todos justifificativos o atenuenates que utilizan los agresores y sus defensas, acompañados de una Justicia patriarcal que de cierta manera; la avala para quitarle valor y entidad a este tipo de crímenes, tan terribles, contra las mujeres que se producen con  premeditación y alevosía.
En efecto, hablamos de femicidio cuando, un hombre se siente con el derecho sobre una mujer y la reduce a la calidad de objeto, independientemente de que haya o no  un “vínculo afectivo”, pudiendo disponer y hacer con esa mujer lo que quiera. Piensa que es de su propiedad. Eso es lo que paso con Pao.
El principal sospechoso e imputado,  pensó que ella era una cosa y como cosa la trató, quitándole la vida y tirándola al vacío, cual basura. 
Pao no dimensionó el peligro en el que estaba inserta. Pensó que podía manejar la situación. 
La primera víctima de la violencia simbólica es la confianza en las propias sensaciones y la negación del propio miedo que intenta funcionar como alarma.
Sin ánimos de adentrarme a dar detalles en la causa, la que todavía está en etapa de investigación penal preparatoria; por lo tanto, se siguen haciendo trabajos de investigación para recolectar elementos de convicción suficientes( pruebas) y fundamentar una eventual condena. Me resta sólo por decir que como sociedad nos falta mucho. El compromiso desde los tres Poderes del Estado para trabajar en esta problemática tan terrible y que en lo que va del año acabó con 17 vidas. 
Tenemos un Derecho Penal atrasado; gozamos de una pseudo igualdad, porque si bien hay leyes como la 26485 y a nivel Provincial la 7888 que nos reconocen derechos; los operadores de la Justicia, se muestran con reticencia a la hora de aplicarlas, producto de patrones socioculturales que están sedimentados y responden a una estructura machista.
Como colofón, puedo manifestar que a todo este dolor lo vamos a transformar en lucha por Paola Álvarez. Nadie tiene derecho a decidir sobre nuestros cuerpos más que nosotras mismas.-

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