Medusa como Símbolo de la Lucha Feminista
La estatua de Medusa con la cabeza de Perseo, creada por el argentino-italiano, Luciano Garbati, ha comenzado a causar críticas y comentarios a favor, pues la escultura pretende promover el movimiento feminista #MeToo.
La escultura hecha por Luciano Garbati y expuesta en Nueva York, Estados Unidos, pretende renarrar la historia del asesinato y exposición de la cabeza de Medusa en la obra de Benvenutto Cellini, donde se puede observar a Perseo semidesnudo levantando con su mano izquierda la cabeza decapitada de Medusa, mientras que en su mano derecha posee el arma afilada con la que la habría asesinado.
De acuerdo a la información sobre el mito de Medusa, se indica que ella era una de las sacerdotizas del templo de Atenea, una diosa griega de la guerra, la sabiduría y de la justicia. Según los relatos, Medusa poseía una belleza que atraía a mortales y dioses, sin embargo, por su papel como sacerdotiza debía mantenerse sin tener relaciones.
Tras ello, su destino fue quedar encerrada en una cueva junto a sus hermanas, sitio donde decenas de hombres quedaron petrificados al observar el rostro de la gorgona.
Perseo, un heroe de la mitología griega, acudió a asesinar a Medusa por una orden del rey Polidectes de Séfiros. El heroe no acudiría con las manos vacias, pues le fueron obsequiado armamento para poder enfrentar a la gorgona.
Debido a que si se miraba a Medusa a los ojos las personas quedaba petrificada, Perseo pasó a la historia, como el heroe que guiándose por el reflejo de su escudo pudo ver a Medusa, acercarse a ella y decapitarla sin ser petrificado.
Durante el asesinato, los ojos de Medusa quedaron abierto, es decir, aún podían petrificar a personas o titanes, por ello la cabeza de la gorgona fue usada como arma por dicho heroe para petrificar al titán Atlas.
Finalmente, Perseo entregaría la cabeza de la gorgona a Atenea, y esta la convirtió en su escudo para quedar a su servicio para el resto de los tiempos. Es por ello que la escultura de Perseo fue representada de tal manera por Benvenuta.
Hija de Fortis y Ceto, siendo la Gorgona más famosa y terrible, Medusa, fue una de las figuras de la mitología clásica más temidas. Las serpientes silibantes de su cabello, los afilados dientes de jabalí, sus rugidos y su mirada bañada en sangre que convertía en piedra a todo el que la contemplara, hicieron que esta mujer se convirtiera en una de las más terribles y famosas mortales de las personalidades mitológicas.
Pero la historia que se encuentra detrás de su furiosa estética esconde tras de sí una trama que guarda amplia relación con gran parte de los acontecimientos actuales que conciernen a la sociedad. Porque lo cierto es que esta apariencia horrible de Medusa tiene origen en el castigo que Atenea, hija de Zeus, le otorgó por haber sido abusada sexualmente por Poseidón, el dios del mar. Culpada de su propia violación y convertida en un ser horripilante, Medusa, además, termina siendo decapitada por Perseo mientras duerme.
Una historia de fantasía cuya trascendencia podría explicar parte del pensamiento actual. Culpabilizar a la víctima continúa siendo a día de hoy uno de los grandes reclamos que el movimiento ‘Me Too‘, que se inició contra Harvey Weinstein y se expandió de manera global para denunciar la agresión y el acoso sexual, busca cambiar demandando voz y creencia a las personas que hayan sufrido cualquier indicio de abuso.
Ahora, años después de que este movimiento saliera a la luz, una escultura se ha inaugurado en el Collect Pond Park de Nueva York para hacer honor a este movimiento. La estatua se trata de la figura de ‘Medusa con la cabeza de Perseo’, del artista italiano-argentino Luciano Garbati. No sin críticas por su autoría masculina y por la sujeción de la cabeza del asesino Perseo en lugar de la de Poseidón, la estatua, según el autor de la misma, trata de ser un símbolo de catarsis emocional en el que muchas mujeres han encontrado identidad.
Garbati se ha inspirado para su creación en una figura de bronce que data del siglo XVI de Benvenuto Cellini a través de la cual, además de la injusticia del castigo otorgado a Medusa, también ha buscado manifestar en su figura la cantidad de personalidades mitológicas femeninas que fueron transformadas en monstruos.
Puede que sea un mensaje muy fuerte pero a lo largo de historia las mujeres a demás de ser una de las figuras más desarrolladas en el arte también fueron símbolos de explotación y sumisión alimentando el discurso machista y patriarcal. Este cambio de de posiciones donde Medusa, mujer violada, culpada y castigada por haber sido violada, no se diferencia mucho con los comentarios en la actualidad en donde la mujer sigue siendo la que se buscó el abuso, cambiar el símbolo es cambiar todo un discurso estructurado, es cambiar el rumbo de la historia de las mujeres.
Fuente: