“La ciencia es una actividad regida por leyes masculinas”
Liliana Arrachea es científica argentina. Dedicada a la Física, nos detalla en La Teta, su percepción sobre un espacio en donde las mujeres somos minoría. El conocimiento académico y especializado con la mirada de una investigadora que recorrió el mundo con sus competencias y saberes.
LTTA ¿Dónde estudió y cuál es la ciencia a la que se dedica?
Cursé estudios primarios y secundarios en General Madariaga, Prov. de Buenos Aires. Estudié Licenciatura en Astronomía hasta 3er año completo en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Luego me cambié a Licenciatura en Física también en la UNLP. Cabe aclarar que ambas carreras tienen muchas materias en común durante los 1eros años. Realicé mi Doctorado en Física en parte en la UNLP y en parte en el Centro Atómico Bariloche.
Mi especialidad es la Física Teórica en el Area de la Materia Condensada o Física del Estado Sólido. Es una rama de la Física dedicada a la investigación de nuevos materiales o nuevas estructuras combinando diferentes materiales con alguna propiedad particular. En muchos casos, se trata de materiales que no existen espontáneamente en la naturaleza, pero que pueden diseñarse teóricamente y luego fabricarse con métodos químicos.
El trabajo que hacemos los físicos teóricos en esta área es similar al de los arquitectos e ingenieros, pero jugando con las leyes de la mecánica cuántica.
LTTA ¿Qué implica como mujer haber desarrollado ese campo científico en el país?
Este campo se distingue como disciplina dentro de la Física y toma auge en el mundo a partir de los años 50. En el país también viene desarrollándose desde la creación de la Comisión Nacional de Energía Atómica, más o menos por esa misma época. A mí como científica comprometida con el desarrollo tecnológico del país me parece un área fundamental y estratégica y explico a continuación por qué: si bien es un área de ciencia básica, muy abstracta, en la que una de las principales motivaciones es la curiosidad por la comprensión de fenómenos nuevos, se trata de un área que siempre ha tenido un gran impacto en el desarrollo de nuevas tecnologías. Por ejemplo, el transistor fue inventado por físicos de la materia condensada. Originalmente, la motivación era comprender la conducción eléctrica no convencional que tiene lugar a través de junturas de materiales semiconductores. Lo que generó fue una verdadera revolución tecnológica, que permitió el acceso masivo a todos los aparatos electrónicos que nos rodean hoy en día. En este momento. La creciente miniaturización de estos dispositivos está presionando hacia una nueva revolución tecnológica, en la que las componentes electrónicas como el transistor pasarían a funcionar con una lógica diferente. Esto se enmarca en lo que se denominan tecnologías cuánticas, como la electrónica cuántica, computación cuántica. Los pasos fundamentales en esa dirección se están dando desde el área en la que estoy trabajando. Los países centrales están realizando inversiones importantes en la investigación básica relacionada a estos desarrollos. Es muy importante que nosotros nos incorporemos a estos nuevos desarrollos, porque de otra manera nos quedaremos fuera.
La importancia de dedicarme a esta actividad científica como mujer reside en que la ciencia es una actividad fundamentalmente regida por leyes masculinas. En nuestro país hay una cantidad significativa de mujeres dedicadas a la actividad científica, pero no es así en el resto del mundo. En mi área, en particular, las mujeres somos minoría. Si bien en Argentina no es tan acentuada la pequeña proporción de mujeres dedicadas a mi disciplina, existe una pirámide en las escalas de promoción. CONICET, por ejemplo tiene las siguientes categorías de investigadores (de inferior a superior en escalafón): Asistente, Adjunto, Independiente, Principal y Superior. El porcentaje de mujeres disminuye notablemente en los escalafones superiores. En los países más desarrollados, la situación es mucho peor. Personalmente, me sucedió estar en un grupo en Alemania con 60 investigadores, de los cuales yo era la única mujer. También me sucedió varias veces ser conferencista invitada en conferencias internacionales, en las que yo era la única mujer conferencista y en las que el total de mujeres participantes (incluyendo estudiantes) eran sólo 2 o 3 entre varias decenas. Eso, por suerte, está cambiando. En los países centrales se está tomando cada vez más nota de la deficiencia de participación femenina en la ciencia y se están tomando medidas pro-activas, es decir, se están abriendo puestos a ser concursados solamente por mujeres, se dan subsidios para desarrollar proyectos liderados por mujeres, se exige que en las conferencias se haga un esfuerzo por incluir conferencistas y participantes mujeres, etc. Hay mucha discusión sobre si este es el camino correcto o no, pero se está concluyendo que es la única manera de poder cambiar realmente la participación de la mujer en el mundo científico. En Argentina no existen medidas de este tipo y no se toma como reclamo, en parte porque existen otros reclamos que se perciben como mucho más urgentes y en parte porque, como mencioné antes, la situación no es tan crítica como en otros países. En mi caso particular, cuando participo en instancias de evaluación y de gestión (permanentemente participo como jurado en concursos, evaluación de pares y organizadora de conferencias) siempre tengo en cuenta este aspecto y me propongo poner sobre la mesa acciones que colaboren hacia el balance de géneros.
LTTA ¿Si tuviera que definir el machismo como lo haría?
El machismo es una conducta que se basa en degradar a la mujer. Esta conducta no se manifiesta sólo en los hombres, sino también en algunas mujeres. La cultura dominante es patriarcal, es decir, regida por reglas sociales de hombres y para hombres. El machismo consiste extremo patológico de esta cultura, en el que la mujer, no sólo debe ajustarse y aceptar las leyes de la cultura patriarcal, sino que es considerada un ser humano inferior.
LTTA ¿La misoginia se da también en el ámbito científico?
El ámbito científico tiene sus reglas, sus códigos y su sistema de méritos. Todos ellos fueron construidos sobre la base de tradiciones que se fueron construyendo a lo largo de la historia. En esa historia participaron hombres en abrumadora mayoría. Por este motivo, todas estas construcciones se han dado desde la percepción de los hombres y a medida de los hombres.
Es muy difícil cambiar esta cultura si no se favorece con medidas pro-activas la mayor participación de las mujeres.
LTTA ¿Qué mensaje le deja a las mujeres desde su visión y roles en la vida?
El principal mensaje es que las cosas están cambiando para bien en este momento. No sólo en Argentina, sino también en diferentes partes del mundo, se están llevando a cabo reivindicaciones propias de las mujeres. Es una lucha que aún está en pleno proceso, pero las reglas del patriarcado se están discutiendo en muchos lugares y desde la mayoría de sus aristas. La discusión de la ley de interrupción voluntaria del embarazo es el ejemplo más fuerte, pero también las reivindicaciones relacionadas al balance de género en el ámbito científico está en pleno auge. Actualmente, se están dando los primeros pasos. Seguramente, las futuras generaciones se educarán sobre la base de paradigmas más justos en cuanto al rol de la mujer.
En el caso específico de la ciencia, creo que es importante seguir trabajando en una tarea de concientización de nuestros colegas hombres y de educación de las estudiantes mujeres. Muchos hombres visualizan la poca participación de las mujeres en ciencia como un problema, pero otros simplemente consideran que ellos son mejores que nosotras. Por eso es importante educar a las nuevas generaciones de estudiantes mujeres, visualizando este comportamiento como una problemática real, con el fin de evitar el desaliento y la deserción.
LTTA ¿Cuál mujer en la historia o en la actualidad le resulta una referente?
Creo que no tengo una referente única. Considero que mujeres referentes por excelencia son las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo. Ellas son un ejemplo de la fuerza, la constancia, la perseverancia y la coherencia de la que somos capaces las mujeres.
Ph: UNSAM y sitios digitales