Opinión

Feminización de la pobreza en Argentina

Ante la crisis económica, mujeres y disidencias, exigimos medidas urgentes

Las consecuencias más graves de los modelos económicos, que como en Argentina, están diseñados a partir de las exigencias de los organismos internacionales de crédito, las sufrimos les trabajadores y amplios sectores de la población que están bajo la pobreza e indigencia. (Datos INDEC 2018: Pobreza 32%, Indigencia 6.7%. Picos del índice de pobreza: Corrientes 49,3%, Gran Resistencia, 41,4 %, Noroeste 34,5%, Santiago del Estero 38,9%, Salta un 37,7 %, Región Pampeana 31,1%, Gran Santa Fe 34,4%, Gran Córdoba 36,5%, Gran Buenos Aires 31,3% y los partidos del Conurbano 35,9 %; Cuyo 31,5%, Patagonia 24,9%. Pico indigencia 2018: Corrientes 13,8% Infobae)

De ese gran universo que ve afectada negativamente su calidad de vida por inflación, ajuste, desocupación, achicamiento del Estado, entre otras medidas del gobierno nacional, las mujeres e identidades disidentes somos las más perjudicadas pues trascurrimos nuestras vidas sobre una base de múltiples desigualdades y discriminaciones.

El resultado del pasado domingo 11 de agosto en las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, fue una clara muestra de rechazo a la política económica de Cambiemos y Mauricio Macri. La aplastante derrota, obligó al gobierno a generar medidas de urgencia ante la turbulenta respuesta del mercado y en la búsqueda de recuperar algunos votos. Una de ellas la quita del IVA, Impuesto al Valor Agregado, a algunos productos de la Canasta Básica de Alimentos.

Desde las Mujeres de la Matria Latinoamericana señalamos los límites de la medida tal como está planteada. Por su dudosa efectividad, ante la dificultad para controlar que no se aumenten los precios en la proporción de la desgravación, por el riesgo de desfinanciamiento fiscal que representa para la nación y las provincias, al no ser compensada por otras fuentes de ingreso y por la poca cantidad de productos alcanzados. No sólo excluye alimentos básicos como carnes, frutas y verduras, también otros artículos esenciales que impactan fuertemente en la economía de mujeres y disidencias, en particular jefas de hogar a cargo de niñes, personas con discapacidad y adultos mayores, como elementos de gestión menstrual, artículos de limpieza, pañales, útiles escolares, entre otros.

Entendemos que en los contextos actuales es imprescindible que el gobierno nacional sume la perspectiva de género a sus medidas económicas, incorporando también un criterio de equidad priorizando la población femenina, con personas a cargo, bajo la línea de pobreza e indigencia.

Algunos datos

– Las tareas que las mujeres realizamos en nuestros hogares que nos insumen entre 3 y 4 horas diarias dedicadas al cuidado y limpieza se traduce en un aporte “invisible” de casi el 20% del PBI Nacional.

En nuestro país, el 25,3% de las mujeres se dedican al trabajo no remunerado y a las tareas de cuidado, mientras que los hombres apenas llegan al 3%.

-Asimismo, hay que tener en cuenta la brecha salarial existente entre varones y mujeres que supera en más de un 25% por igual tarea a favor de ellos.

– Si bien las mujeres representan la mitad de la población, su tasa de empleo sigue siendo más baja que la de los varones: 43.1 % para las mujeres y 66. 3%, para los varones (EPH 2017)

– El 55,3% de los hogares monoparentales o unipersonales son sostenidos por mujeres.

En Febrero 2019 un núcleo familiar compuesto por madre, hije y abuele necesitaba $9.000 por mes para no caer en la indigencia, hoy sabemos que posiblemente esa cifra se haya elevado en un 30% más.

Claramente las tareas que realizan las Jefas de Hogar incluye el cuidado de niñes, adultes mayores, limpieza y mantenimiento del hogar.

Los hogares con mujeres jefas de familia crecieron un 200% en el período 1980-2010. En 30 años se triplicaron pasando de 392.000 en 1980, 612.000 en 1991; 848.000 en 2001 hasta 1.181.000 en 2010. En 2020 es el nuevo censo donde se espera nuevamente un crecimiento importante.

Algunas propuestas:

Es necesario que el Gobierno incorpore la perspectiva de género en su toma de decisiones, porque es claro que hasta la fecha no ha podido, sabido o querido hacerlo.

Lo que trae como resultado cada vez más mujeres pobres, niñxs y adultxs mayores en riesgo.

Cuando sigue en aumento el proceso de Feminización de la Pobreza exigimos de manera urgente los siguientes puntos con la expectativa que fomenten una profunda discusión en el Estado sobre el derecho de las mujeres y disidencias a su autonomía económica:

– Incorporar medidas efectivas que garanticen el acceso, en particular a mujeres y disidencias jefas de hogar, a los siguientes artículos: productos de gestión menstrual; pañales de niñes y adultes, leche maternizada, productos de limpieza básicos como lavandinas y jabón de lavar, útiles escolares para niñxs y adolescentes. Sumando a los productos de la canasta básica ya contemplados por el gobierno alimentos básicos como frutas, verduras y carnes.

– Continuidad de las medidas mencionadas anteriormente durante el próximo gobierno, para las familias de jefatura femenina o diverse disidente bajo la línea de pobreza e indigencia.

– Asignación especial para mujeres y disidencias jefas de hogar que han transitado situaciones de violencia de género.

– Creación del Sistema Nacional y Estatal de Cuidados.

FUENTE: Agrupación feminista MuMaLá perteneciente al espacio partidario LIBRES DEL SUR

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