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“Estamos viviendo la #ReformaLaboral en carne propia”

Mielcitas: “La patronal nos decía son todas unas negritas cabeza que no saben nada”

 

Desde el 11 de julio hacen permanencia pacífica en la fábrica ubicada en Manuel Estrada 295, Rafael Castillo, La Matanza. Son 101 laburantes, el 80% mujeres. La comisión interna está integrada por cinco de ellas. Recibieron un ofrecimiento de sólo continuar la mitad del plantel, la rechazaron y denuncian: “estamos viviendo la reforma laboral en carne propia”.

Lunes frío. Largo el trayecto de Barracas a La Matanza. La empresa Suschen S.A, no se distingue desde afuera, un edificio desmejorado que al recorrerlo por dentro queda a las claras que la última prioridad de sus dueños estuvo en la inversión edilicia. Allí se fabricaron las Mielcitas, Naranjú, las semillas Girasol, entre otros productos, que en momentos de crisis, comentan las trabajadoras, es cuando más ventas tuvieron por su precio bajo.

Diez mujeres reciben a Radio Gráfica, tomando mate y cocinando torta frita. Ellas hacen el turno de día y de noche los hombres. Saben que es difícil la pelea pero que afuera conseguir otro trabajo parece casi imposible.

 

10 años de comisión interna

 

Cuenta Silvia Ayala que en 2009 se accidentó: “Me agarré la mano con una máquina envasadora de girasol, porque los botones no tenían la seguridad. Fui al gremio para que me vea un médico legista. Ahí me plantearon ¿por qué no arman a comisión interna?” Ella entró a trabajar en 2002 y “nunca había entrado el sindicato a la fábrica”.

“Trabajé 16 horas, 20 y con el tiempo me di cuenta que sólo era un número, entonces esa fue mi decisión de ser delegada”, así cuenta Silvia la toma de conciencia que tuvo. Y también reconociendo en su padre una formación de los derechos que debía defender: “Mi viejo siempre me decía que teníamos que pelear por lo nuestro… él fue metalúrgico, trabajó en Acindar y me contaba cómo cuando llegaba el sindicato todo el mundo iba a la calle y protestaban. Por ahí aprendí mucho de él, mi viejo era peronista y yo me considero una mujer peronista”.

“Armamos una comisión de cinco”, continúa Silvia, “y como era la única lista quedamos. Fue empezar de cero, de a poquito fuimos cambiando algunas mentalidades. No todas porque hay mucho miedo y es comprensible porque yo también tuve miedo de perder el trabajo. Que si me metía en el sindicato iba a pasar esto, iba a pasar lo otro…”

A su vez otra de las delegadas, Miriam Aragón, apuntó: “A la comisión interna siempre nos costó mucho, y más por ser mujeres. Porque vos imaginate ponerte a pelear con la patronal que te insulta. A nosotras nos decía son todas unas negritas cabeza que no saben nada. Y nosotros nunca fuimos y le dijimos a nuestras compañeras `El patrón dijo esto de vos´, siempre lo guardamos para dentro como para tener tranquilidad y no hacer tanto escándalo´. Para qué le vamos decir, ¿para que tenga un daño psicológico?”.

 

Conquistas en juego

 

Lograron pasar de operaria a operaria general y después de operaria calificada. Aunque, deberían ser “oficiales” porque como lo explican las delegadas “manejamos máquinas”. También comentaron que año a año fueron exigiendo mejorar las condiciones de trabajo, de salubridad y de seguridad.

Pero todo cambió con Macri en el gobierno. Como en muchas fábricas han relatado a Radio Gráfica, la patronal se envalentonó. Silvia Muñoz, que trabaja desde el 2000, comentó: “la cosa cambió porque acá no se podía decir nada porque te echaban”.

Hoy están resistiendo y esperando novedades ante el Directorio de la empresa que desapareció. La Secretaría de Trabajo les explicó que “ya no había nada que hacer”. Por eso el 11 de julio decidieron quedarse en la fábrica haciendo “retención de tareas”.

Pero recibieron una oferta en los últimos días: “Tuvimos la propuesta de un inversionista que propuso quedarse con el 50% de los trabajadores sin antigüedad y sin categoría y al otro 50% indemnizarlo con la mitad de lo que le corresponde. Pero nosotras sabemos que eso no es lo correcto porque estaríamos renunciando a nuestros derechos”, explicó Silvia Ayala. Y Miriam agregó: “Están esperando que la gente se canse para volver y encontrar todo silencioso para organizar la fábrica como quieren ellos”.

 

Ante el vaciamiento la resistencia

 

“Desde el 2007 hay un pasamanos en la fábrica, año tras año fueron cambiando el Directorio de la empresa y hoy no tenemos a quién reclamar la indemnización”, explican las delegadas. Saben que el tiempo les juega en contra porque en su mayoría son sostén de familia, pero hablan de “no bajar los brazos”, de “tener paciencia”, que “algo bueno va a salir de todo esto”.

Armaron una cuenta de Facebook “Mielcitas “Mujeres Resistiendo”, y recibieron el apoyo del municipio y diferentes gremios, entre ellos el de Alimentación al que pertenecen.

“No tenemos ni un telegrama de despido y la fábrica no está en quiebra”, denuncian. Y es claro que el nivel de irregularidad es flagrante en tantas fábricas que se vacían, dejando a miles de trabajadores sin nada.

“Consideramos que mucho de lo que nos pasa es por un mal manejo del gobierno. Que está hecho a propósito, estamos viviendo la reforma laboral en carne propia”, plantea Miriam consultadas por el tema electoral. Comentan que lo charlan mucho entre ellas y con la familia. “Yo sólo pido que la gente al votar mire a su costado”, dice Silvia.

Despiden a Radio Gráfica agradeciendo la nota, después de dos horas de charla y de una foto donde las compañeras se abrazan esperando encontrar entre todas un poco de justicia ante tanta impunidad.

Lucas Molinari es periodista de Radio Gráfica, conductor de Punto de Partida.

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