Editoriales

El FEMINISMO en la política

Les resulta incómodo el lema que hemos escrito novedosamente en una editorial de este periódico proponiendo que ARDAN LAS URNAS DEL PATRIARCADO, en clara alusión a la imperiosa necesidad de acabar con el sostenimiento de las políticas públicas, los acuerdos políticos y demás prácticas en contra del bienestar general y más focalizado, en contra de las MUJERES. Junto a colectivos sociales como LGBTIQ, que luchan a la par nuestra frente al exterminio aplicado a través de los crímenes por odio.

Este año, electoral en Argentina, nos otorga una herramienta provechosa como es el mecanismo de participación dirigencial, con el armado de las nóminas de candidatos y candidatas. Las propuestas ideolñogicas son la base en la orientación del voto y las exigencias de nuestra lucha, la materia orgánica para que las mismas reflejen una realidad negada y manipulada por el Patriarcado.
Hacer realidad la caída de un sistema de opresión como el que nos rige en la actualidad, requiere mucho más que un año electoral. Sin embargo, no resta importancia a la ocasión para militar el liderazgo que nos empoderada y la pronta concreción de nuestros entramados en la vida institucional de una República vapuleada por el neoliberalismo que esclaviza, empobrece, maltrata, condena y quita Derechos, Garantías y seguridad para una vida digna.
Se podrá disentir y mirar el mundo desde lugares y por tanto, feminismos diferentes, pero está claro de antemano que la razón que nos congrega bajo una misma consigna es en favor de los seres vulnerables en una sociedad atravesada por las aberraciones como son el abuso, en todas sus formas y dimensiones; los feminicidios, la persecución ideológica, la esclavitud y comercio de personas, la desatención y el abandono frente a un poder que desvirtúa las libertades.
QUE ARDAN LAS URNAS DEL PATRIARCADO: es un objetivo general en la detección de quiénes se arrogan luchas con el fin de sobrevivir en medio de las mentiras sistematizadas que nos traen aparejos deleznables sobre el lomo de los que menos pueden sobreponerse a tanta malicia criminal.
Bastará recordar al momento de participar en política, el rostro de las compañeras asesinadas, de las niñas violadas, de los gobiernos que se oponen a la aplicabilidad de los protocolos para interrumpir embarazos no deseados en víctimas, más aún en menores de edad. Será suficiente traer a colación los crímenes por homofobia, travesticidios y los rechazos clericales a la perspectiva de género.
Puede aún existir un poco de misterio alrededor de los y las perfiles candidateables, pero para nuestro Feminismo, el mapa está verdaderamente claro.

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