Argentina

Día Latinoamericano de la Mujer en los Medios de Comunicación

14 de Septiembre día Latinoamericano de la mujer en los Medios de Comunicación

Cuando prendemos la televisión, abrimos un portal web o leemos periodismo gráfico, una serie de mensajes ingresan al cerebro sin consentimiento durante el consumo de información. Mensajes que entran al subconsciente y construyen el llamado sentido común. Son los comentarios, las perspectivas y los estereotipos los que configuran la subjetividad pública. Desde los inicios del periodismo, distintos sujetos disputaron estos mensajes. Dueños, editores, periodistas. Fotógrafes, diseñadores, ilustradores. Escritores varies y comunicadores de toda índole. Incluso aquellos amparados por la máscara de la objetividad, comunican inevitablemente los idearios de lo-que-debe-ser y lo-que-no-debe-ser en los medios de comunicación.

En los últimos dos siglos -contando desde las páginas anarquistas y feministas donde Virginia Bolten escribió La voz de la mujer-, mujeres y personas LGBTQ+ comenzaron a colar sus mensajes en las redacciones y en las páginas informativas. Al mismo tiempo, crearon sus propios medios con lógicas alternativas a las de los dueños. El estudio Punto de Inflexión sobre medios nativos digitales latinoamericanos, realizado por SembraMedia, demostró que el 40% de estos medios fueron fundados por mujeres. Al entender el desafío de ser una identidad feminizada en los medios de comunicación, se deduce que estos nuevos espacios son un refugio contra la violencia, la precariedad y el acoso en las redacciones.

En programas periodísticos, las audiencias han visto al aire a periodistas que se encuentran con comentarios extraños y no solicitados, a la par de encontrar a mujeres o personas LGBT+ que son tapa por motivos profesionales pero que se chocan con preguntas incómodas relacionadas con su maternidad o sexualidad. Cuando la noticia es un feminicidio o un homicidio violento donde la víctima es una mujer, las tapas compiten por el premio a la misoginia. El estudio de Natalia Ix-Chel Vázquez González, maestra en Estudios para la Paz y el Desarrollo en México, el país donde una mujer es asesinada cada dos horas y media según su Sistema Nacional de Seguridad Pública, apunta al sentido político de esta narración: resume que el foco en los detalles violentos y morbosos oculta el conflicto real, a la par de la justificación de la violencia, que se relata en detalle pero que nunca, nunca, se contextualiza.

Para tomar conciencia de este tipo de violencia de género, la violencia mediática, y conmemorar a las mujeres que en toda su diversidad cultural, étnica, social y económica, ocupan y construyen los medios de comunicación, se eligió el 14 de septiembre como el Día Latinoamericano de la Mujer en los medios de comunicación, en el marco del V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, en 1990. Aún así, veinticinco años después, el Global Media Monitoring Project (GMMP) señaló que sólo el 37% de quienes reportan noticias son mujeres y que no se poseen datos para personas trans, según el último análisis de 2015.

En Argentina, estudios locales de Fundeps y la Asociación Civil Comunicación para la Igualdad demuestran que aunque el 78% de los medios y el 70% de los sindicatos de comunicación están dirigidos por varones cis, las mujeres representan el 64% de las graduadas en carreras de comunicación. Por todo esto, un grupo de periodistas, investigadoras y comunicadoras que denuncia hace años que #FaltamosEnLosMedios, crearon un proyecto de ley que apunta a impulsar la paridad en medios audiovisuales públicos. Una causa que apoyan medios feministas y organizaciones como la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género (RIPVG), la Red ParComunicación para la Igualdad, Periodistas Argentinas y la Red de Periodistas feministas.

«Para nosotras, el feminismo es transformación social y tenemos que buscar las maneras de que las situaciones de desigualdad y de violencias que atravesamos sean transformadas»,

dice Agustina Paz Frontera, codirectora y editora de LATFEM, el medio que dirigió la articulación para impulsar el proyecto de ley:

«Esta ley es una manera de cambiar los medios de comunicación, en la cual el Estado reconoce que hay una desigualdad en la participación, en el acceso a los medios de comunicación en función de los géneros y de otros rasgos, como la clase y la raza». 

 

Fuente:

Colibrí

 

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